La comunidad de Guatapé se unió el 25 de junio en la Parroquia Nuestra Señora del Carmen para conmemorar el Día Municipal de la Solidaridad, resaltando uno de los valores más significativos y queridos por todos. Donde se rindió un homenaje muy especial a la Casa Pan y Vida Alfonso Zuluaga Martínez, una institución que ha sido un faro de esperanza y apoyo para los más necesitados del municipio.

Durante 13 años, la Casa Pan y Vida ha trabajado incansablemente para la comunidad. Durante nueve años, estuvo bajo el liderazgo de la hermana Blanca Olivia Aristizábal, una mujer que se caracterizaba por ser generosa, comprometida y carismática, dejando así un legado imborrable. Hoy en día, la hermana Rosalba López continúa su labor con la misma dedicación y amor.

En la Casa Pan y Vida, los valores de solidaridad se practican a diario. Los beneficiarios reciben mercados cada ocho días, se ofrecen cursos de modistería y bordado, y se organiza un bazar ropero mensual cuyos ingresos sostienen esta noble labor. 

El alcalde David Esteban Franco Vallejo expresó su más profundo agradecimiento a todos los que hacen posible esta maravillosa labor: “a cada voluntario, a cada benefactor y a cada persona que, con un gesto pequeño, contribuye a la enorme tarea de ayudar a nuestros hermanos en situación de vulnerabilidad. En Guatapé, la solidaridad no es solo una palabra; es una acción, un compromiso diario con el bienestar de todos”. 

El alcalde invitó a todos a seguir el ejemplo de la Casa Pan y Vida. “Que su espíritu de servicio inspire a ser más empáticos, más generosos y más unidos”. Agradeció a la Casa Pan y Vida y a Alfonso Zuluaga Martínez por su noble labor, así como a cada miembro de la comunidad por su solidaridad y compromiso. 

Por otro lado, la hermana Rosalba expresó su alegría y gratitud por estar rodeada de personas tan especiales y bondadosas. Destacó que la Casa Pan y Vida sigue adelante gracias a un grupo valiente y tenaz de personas que llevan a cabo todo el trabajo con dedicación incansable. 

Agradeció a todos los benefactores y a la comunidad de Guatapé por su solidaridad con los necesitados y reconoció a don Alfonso Zuluaga Martínez, quien durante 28 años se dedicó a ayudar a los necesitados, inspirando lo que hoy es la Casa Pan y Vida. Su legado ha sido una inspiración para las Hermanas Franciscanas.

Se celebró este evento con gratitud, agradecieron al Señor por su bondad y misericordia eterna, así como a todos los presentes por su apoyo y compromiso.